El boulevard...




Un lugar extraño y lejano, el mar se veía infinito y de un color turquesa que parecía una joya gigante.
Al borde de un muelle pretendía ser una desconocida más, y de hecho lo era, la gente no me entendía y yo tampoco a ellos… faltaba poco, la puesta del sol en aquel horizonte empezaba como un show de todos los días, muchos lo ignoraban y yo sólo había naufragado para disfrutarlo.

Tu rostro eclipsaba con los rayos naranjas que desaparecían poco a poco, nadie hablaba, estábamos sumergidos en nuestros pensamientos y vi una lágrima caer de tus ojos.
Sabía que no era real, pero quería regocijarme en ese instante como si lo fuese… por un segundo nuestras miradas cruzaron pero nos volvimos a perder, el aire alborotaba mi cabello y disfrutabas mirarlo así… ¿qué querías decirme?, no importa, sin hablar decíamos mucho, espera que la noche no llega aún y quedan unos minutos para seguir contigo.

Al fin me tomaste de la mano y sonreíste por primera vez en toda la tarde, aquel segundo se congeló y duró una eternidad, si quisieras que te describa lo que sentí tendría que inventar nuevas palabras, déjalo así, no me prohíbas respirar tu aroma si de eso vivo, eso… acércate, suave y lentamente, como si estuvieras a punto de abrir un cofre que siempre se mantuvo cerrado, despacio, no sabes qué podrás encontrar… yo sí lo sé… ¿quieres que te lo diga?, tonto quiero que lo descubras, que sea una sorpresa… ¿no adivinas?, es algo muy bonito, algo que pensabas había muerto hace algunos años, impaciente te lo diré, es amor… del más puro que puedes encontrar, no hay mucho de esos en el mundo… toma es todo tuyo, sólo tienes que abrir ese cofre, ¿la llave dices?, me haces reír tanto, es un beso de aquellos que nunca diste, que no sabías que podías dar, de esos que se convierten en droga de los míos, de esos que no me dejan dormir días, que me hacen llorar… sí… te voy sintiendo, sin miedo, tendrás todo el amor que puede entrar en ese cofre, ¿sientes?, me haces temblar, ¿qué es aquello que va acelerado?, mi corazón… es tu culpa tienes ese efecto en mí… bésame hasta que el sol termine de irse, se esconda bajo el mar y pueda dormir.
Tus brazos ahora te delatan y me rodean, tus manos recorren mi rostro y tus dedos me secan lágrimas que quieren confundirse en nuestro beso… ¿ves qué fácil era?, lo disfrutas también, vibraste… no me abandones, no ahora que la noche nos va a cubrir y nadie más será un espía viéndonos… no seas un simple ladrón, yo sé que me amas, yo también y volveré… tengo más cofres llenos para ti.

2 comentarios:

Oreste dijo...

E' bello, ma non capisco cosa scrivi. Un saluto da Roma.

Joaquin dijo...
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