En sueños


¿Me puedes decir quién es? Él me miró con una cara de padre amoroso pero a la vez me miró con dolor. -Está bien, pero ella no te podrá ver ni oír.
Yo estaba preparado, en este momento yo debería tener once años y el hecho de conocerla al fin, a aquella persona que sin piedad no me permitió que la conociera, la que no permitió que me alimentara de su pecho me hizo sentir ansiedad.


Bajé, allí estaba en una esquina de la pequeña habitación que a la vez hacía de cocina, sala y dormitorio, no puedo negarlo, era hermosa y con ojos azules pero estaba desaliñada y con unas tijeras a su lado, ¿es que a estas alturas le nació el sentimiento maternal de querer conocerme y tenerme en sus brazos? En ese instante sentí alivio al saber el futuro que me iba a esperar si ella me hubiera dejado nacer.
- Es hora de volver - y me tendió la mano y me dio un fuerte abrazo. –yo siempre te voy a amar en incluso te amé antes de que te crearan, nunca olvides que estaré allí para ti y mi madre que también es la tuya te cuidará.
-Jesús, ¿puedo ir a visitarla en sueños? - ¿porqué lo quieres hacer?
-Porque quiero escuchar su voz, quiero que también me conozca aunque yo sé que me odia y que está mejor sin mí.
Cuando vi que ya estaba dormida en un colchón situado en una esquina decidí entrar en sus sueños.


- Mamá…mami despierta, ¿sabes que tenía ansias de conocerte y poder hablarte mamá?
- ¡Dios mío! ¿Quién eres?, ¿de dónde saliste?, vete, vete por favor.
-Mami yo sé que no me quieres, sólo…sólo quiero saber por qué, ¡por qué lo hiciste madre? Yo no hice maldad alguna cuando reposaba en tu vientre. Fue horrible, quiero contarte cómo fue que me mataste. Estaba durmiendo, soñando en cómo sería tu rostro, cómo sería sentirte abrazado y amado cuando de pronto sentí algo, sentí…¡es terrible! Sentí que algo me jalaba, me hincaba, me destrozaba…
de pronto tuve la sensación de que me quitaban una pierna, luego mi bracito, sentí…sentí una presión de unas grandes pinzas en mi cabecita queriendo destruirla… lo demás ya lo sabes, ¿verdad?, ¿cómo fue?, ¿ qué sentiste cuando me viste destrozado en una sábana enrojecida?, ¿o acaso no quisiste verme?, ¿es que te provoco asco?. ¡Madre!, ¡soy de tu sangre!, ¡soy parte de ti!, ¿por qué me creaste si no me ibas a querer?, que hay de mi padre, él me quiso ¿verdad?, ¿él quería que naciera? Pero no te preocupes ahora estoy más tranquilo, aquí en donde estoy me siento amado de verdad.

-¿hijo, quien te envió?, ¿por qué me atormentas?, ¡déjame en paz!, yo, yo no lo quise hacer, fue él, tu padre, el no quería un hijo y yo tenía miedo de perderlo, ¡vete!, ¡déjame dormir!
-Sí madre ya parto otra vez, no te preocupes ya no te voy a molestar, sólo quería verte, hablarte y que me conocieras. Pero te pido que si algún día llegaras a quedar embarazada, acuérdate de mí, piensa en lo horrendo que sería matarlo, ¡déjalo vivir!, ¡ámalo!


Madre me tengo que ir, me están llamando, pero quiero decirte que aún después de lo que me has hecho hay una cosa que quiero que sepas: te amo y te estaré guardando un lugar junto a mí aquí en el cielo.







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