Soledad acompañada



Abandonando aquellos cuartos, viendo como las luces morían sincronizadamente y el largo camino hasta la salida.
Caminé despacio, bajando escalones, quedándome atrás de toda la multitud, quería estar conmigo, me desvié y divisé una banca triste, pensaba en no pensar y caminaba tan solo por instinto, sin sentir que me movía ya me encontraba sentada, sobrecogida por el frío y el espectáculo infinito de destellos y brillantes que, imaginaba, existía solo para mi.

Preguntas superfluas querían invadir la tranquilidad, podía imaginarte hablándome sin ruido, podía crear mi futuro en un segundo…sentía mucho poder y presión a la vez, olvidaba que estaba en un sitio en que no debería estar pero la atmósfera era perfecta, simplemente supuse que ese era el escondite perfecto esa noche.

El tiempo se agotaba, el aliento se me iba y empezaba a sentir otra vez. El remolino de la realidad me absorbía y me traía de vuelta…me quedaba ciega durante el trayecto y no concebía la idea de que debía llegar a algún lugar.
Recorría calles y veía personas que parecían destellos por la velocidad, presentía que en alguna esquina vería a alguien y todo se detendría…una premonición diaria que nunca se cumplía.

Por simple costumbre encontraría aquel punto de llegada y por simple costumbre quizás llegaría al mismo sitio donde puedo conversar a gusto con el silencio.

escombros



Se consume la vela voy esperando la señal para salir de mi prisión, miro fijamente la llama y quiero ver tu rostro reflejado. Te espero desesperadamente…ven, ven que mi regazo quiere cobijarte necesito tu aire, enredarme y perderme en tu perfume, saborear cada beso como si fueran las últimas gotas de mi elixir, fusionarnos con cada abrazo y sentir que somos reales.

El frío invadió las calles trágicas, escucho mi corazón palpitar violento en el silencio sepulcral yendo al ritmo de mis pasos… saber dónde buscar, dónde iluminar, quiero decirte muchas cosas y a la vez enmudecer y decirnos todo con miradas.
Me sonríes y el regocijo llega a cada célula, toma mi mano y andemos sin rumbo quiero conocer el infinito contigo.

El miedo no existe, burlemos lo imposible y pide con el alma lo que quieres encontrar, somos dueños del tiempo.
Necesito fuerza para vencerme, ayúdame. Quiero ser libre, poder cerrar mis ojos y poetizar cada palabra que sale de tu boca, que tu aliento sea la melodía que me guíe hacia ti, que tu piel sea refugio de mis miedos…quiero abandonarme en ti.

Caminando por callejones tristes que ocultan tímidos historias de los que fueron testigos, intento grabar en un muro marcas de alma agonizante…voy perdiéndote una vez más.

Los faroles encendidos mostrando su luz indecisa me dicen que debo volver, otra vez fantaseando y llamándote sin tener respuesta, sigues ausente ¡¡hasta cuando!!
Miro hacia la pequeña mesa…la vela no existe más y con ella tu recuerdo se desvaneció, ahora trataré de dormir y soñar con tu aroma, el universo y yo.

Gravedad opuesta



Sentada en una silla, mirando todo y nada a la vez, intentando sujetar tu mano y llevarte a tocar lo único que veías esa noche…una estrella.
Podíamos levitar y sentir cómo nos burlábamos de las leyes naturales y jugar a la gravedad opuesta…la lectura apagó las palabras y solo nos dejamos llevar, nadie nos podría entender, nadie sabría decir qué pasaba en ese momento, un hilo de energía pura y sobrenatural nos podía conectar estando muy lejos, ¿se siente bien verdad?
Quién diría que el corazón llora, tú y yo sabemos la verdadera razón, ilusos mortales ¡no ven y sienten más allá de las palabras! Y ¿qué son las palabras? Tan solo verdadero estorbo para la esencia, para lo realmente puro, para lo que de verdad te conmueve.
¿Qué esperas allá?, ¿qué quieres ver?, vamos echemos un vistazo cojamos nuestra escalera de deseos para llegar…
Palabras infinitas, que podrían ser inventadas quizás, quién puede explicar realmente lo que sentimos…algo tan inefable que queda en el alma sensible. Siente el aire frío entrar por tu ventana, nuestros cuerpos siguen abajo, pasemos al siguiente nivel, pasemos a lo sublime, ¿preparado?
Cierra tus ojos y deja que tus manos hablen y escriban por ti, llegué a mi diamante plateado, creo que me quedo aquí pero tu viaje no termina aún, sigue ya no me necesitas busca tu fuente de vida que yo ya encontré la mía.
Me voy por otro rumbo, no olvides que al regresar a tu mundo mortal debes creer que esto pasó de verdad, cree que en una noche común viajaste conmigo a la eternidad.



Viendo tras los barrotes de aquella grande ventana, que dejaba al descubierto todas las escenas q uno podía imaginar, tras aquellas lunas que impedían el paso del aroma de las flores del jardín.
Pude ver aquel gran diamante plateado que me hipnotizaba, me atraía con su luz inventada y me invitaba a volar dejando todo aquello que me ataba aquí.
Pudiendo imaginar tantos universos diferentes, tantos paraísos, tantas formas de amar, pudiendo imaginar sobrevivir un día sin tu recuerdo.

Cerrando mis ojos y dejándome llevar por el suave sonido de un saxo, sintiendo un aire frío recorrer mi cuello puedo ver mi alma desprendiéndose y abriéndose paso en medio de la multitud de pequeñas estrellas que estorbaban su ágil caminata.
Cómo pude ser esclava de tantas cosas insensatas, cómo pude inventar tantas sonrisas por tu causa, si sólo me arrancaste lágrimas y rabia.

Las suaves notas acarician mis oídos, estoy anonadada. Quiero ese paraíso, conocer la alegría que puede ser tocada, beber de esa eterna fuente de paz y pretender no haber conocido jamás el purgatorio.
Temiendo antes a la muerte y ahora sintiendo que sólo es el inicio de mi vida, tocándola y hablando con ella es más dulce de lo que parece.

Con temor de caer en un mundo de espinas, siento el poder de escapar entre mis dedos, disfrutando un mar que no te ahoga y calentándome con un sol casero, me apoyo en esta ventana que me dejó ver más allá que estas calles vacías y las luces cálidas y desgastadas de los faroles.

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