Promesa



Me había dado cuenta que era un error, bastó menos de 24 horas para sentir que algo andaba mal y lo único que había hecho fue encerrarme en mi habitación y aislarme de todos, mi única compañía fue un libro que me atrapó y me desveló toda la noche… parte de mí seguía la entramada historia pero paralelamente otra parte de mi cerebro intentaba descifrar que había cambiado entonces.

Me negué a enterrar tanto tiempo, todo lo que significó, me rehusaba a dejarme caer en el vacío una vez más, pero sabía que no podía contenerlo… ¿Cómo se supone que debía hacérselo saber?, algo andaba mal y la culpa me carcomía como si hubiese sido envenenada y poco a poco sentía que iba desfalleciendo… causaría más daño no hablar, ¿pensaría que nunca me importó?, intentaba apartar eso de mi mente ahora, sabía muy bien que no era así… siempre quería momentos para estar conmigo, a pesar que lo único que deseaba era estar al costado tuyo para sentirme bien, protegida… prometimos hablar con el corazón abierto, aunque no sé exactamente como se encuentra el mío, no quiero llorar, quiero gritar, quiero no sentir, quiero desaparecer…

Buscaría el mejor momento, ¿Cuándo sé que es el mejor momento?... en unas horas, dentro de una semana, esperando que haya cambiado de opinión… dentro de un año… y lo único que siempre quisimos fueron 5 minutos, sólo 5 minutos que definirían una vida entera, que nos mandaría al cielo o al infierno… aunque no se especificó el día exacto, quizás en aquella noche tuve la visión, pero, ¿qué hay de ti?, tienes derecho, vamos grita, ódiame, desaparece… nada cambiará, lo prometí, lo juré… no te decepcionaría ahora, lo menos que podía hacer… me hice daño, no fue lo correcto… lo sé… no me olvidé de ti, sé cómo te sientes… por favor déjame hablar, te prometí decirlo con palabras dulces pero aún no las encuentro, pienso que es un poco hipócrita si causaré el mismo daño, dame tiempo para respirar por favor, que será de mi ahora… ¿a dónde vas?, todo era bello… perfecto, te lo dije, era extraño… ¡no corras!, ¿te veré de nuevo?... estoy cansada… lo siento

Duda


Diminutas luces de colores penetraban mi retina, tratando de seguirles el paso me perdía en divagaciones que no hacían más que aumentar mi coraje, la envidia y las ganas de un reproche que dejaría sin habla a cualquiera.
No sé cuánto tiempo pasó mientras estaba en el sillón mirando al vacío y la sensación de placer recorrió mi espina, la misma que sentí aquella madrugada cuando escuchaba la travesía que tus dedos querían trazar en mi espalda formando figuras graciosas y sin sentido… las luces seguían palpitando y mi mente volaba en otra dirección, pero yo aún quería seguir sintiendo imaginariamente, no ando muy cuerda por lo que, cada frase que salga de mi boca, no tendrá ni pies ni cabeza, algo que la verdad me tiene sin cuidado porque no pretendo hacerle entender a nadie, aún sigo en el intento fallido de entenderme.

El rencor se volvió autocompasión, curioso… ese sentimiento se me había hecho tan familiar últimamente… fotos sin relación aparecían como flashes en mi cabeza, cerraba los ojos y sentí un mareo que me obligó a recostarme de nuevo en el maltrecho sofá, de reojo pude ver el hilo de humo que se desprendía de mi último incienso, lo que me llamó la atención y trate de pensar a dónde iría a parar aquella serpiente con aroma enigmática… me animé a dar unos cuantos pasos y por la ventana del pequeño departamento entraba un aire frío y seco y vi por quinta vez, el cielo naranja con mates rojizos, lo que me hizo caer en la cuenta que no me había salido casi en una semana… bueno, es un poco difícil sentir las horas pasar si estás casi inconsciente, que más da salir si al ver gente desconocida pasando por mi lado me siento tan invisible como cuando estoy postrada en la cama y paso horas pensando y recordando banalidades.

Me despojaron de la vaga idea que tenía sobre a qué olía aquel perfume que tanto te gustaba usar y no estabas satisfecho hasta que todo el lugar estuviera inundado de él, para ser franca, no recuerdo cómo he llegado hasta el día de hoy, es cómo si hubieran tomado una fotografía mía y la hubieran pegado en un cuadro ajeno del que yo estaba… y las luces no dejaban de brillar… he quitado todos los relojes de las paredes y me olvidé cuándo fue la última vez que marque la fecha en el calendario que solía estar en la puerta de mi habitación, de todas formas, no entiendo el fin de saber cuántos días pasaron o cuántos faltan, quizás no pasó una semana, quizás sólo fueron horas perdidas mirando luces y tratando de perderme en vano, quien sabe, hasta llego a pensar que jamás estuviste aquí.

Seguidores

Datos personales

Con la tecnología de Blogger.