Imagino...

La ventana de mi habitación está abierta y deja colar tu aroma, sin poder dormir mi mente vuela y va en busca de un recuerdo tuyo…heridas que nunca sanaron, varias noches sin tocar tu piel, sin respirar de ti, sin alimentarme de tus besos…

Fotos en el cajón, aún siento las caricias en mi rostro, te desvaneces y me queda un vacío…¿por qué?, las sábanas frías, igual que siempre…desde que te fuiste.
Trato de elevarme entre sueños a ver si puedo hallarte pero sólo son sombras, fantasmas, vete, ¡desaparece!... quisiera no recodarte, quisiera ser algo etéreo, muero en el silencio…aún eres delirio personificado.

La oscuridad más bella me adormece, seguro volveré a verte es inevitable, odio tanto amarte así, pero caigo de nuevo al abismo de la inocencia y de las ganas de olvidarte, no te preocupes…algún día no existirás.

Lágrimas de cristal


Siempre esperaba ese día recogida en aquel mueble viendo el sunset por mi ventana, el frío de un invierno adelantado me indicaba que la hora estaba cerca, que tú estabas cerca.

Cuan cruel puede ser el destino si uno no cree en él ¿verdad?, tantas noches viendo tu rostro en sueños, tantas veces escuchando tu voz en susurros lejanos, tantas veces que sentía tus manos rodeando mi rostro apaciguado…pero todo se echó a perder por un capricho o por puro resentimiento que fluía, no lo sé y no tengo idea de cuántos minutos perdí intentando encontrar una respuesta.
Eras mi refugio seguro para esconderme, eras lo único que necesitaba para sobrevivir en un desierto, eras la única razón para no dormir una noche cualquiera y tentar llamarte con una lágrima de nostalgia...¿qué pasó?

Aprendí a entender el verdadero significado de tus desvelos, de tus palabras, de tus risas y tus besos, tan hermoso, de nunca acabar.
Pudimos burlarnos del mundo insignificante, de los prejuicios insolentes, pero trato de continuar como si nunca te hubiese conocido, aunque sería como pedir dejar de respirar por un día, tan absurdo y mortal.

Me di cuenta que pensar en una última oportunidad es casi una locura pero no un imposible, no lo sé, ahora es cuando el tiempo juega en mi contra y llega el momento de bajar la cabeza y aceptar que perdí, aceptar que llegó el verdadero final…aceptar que nunca más pronunciaré tu nombre, que nunca más estarás aquí, ¿sabes? Yo sí te quise.

Divagando en nostalgia



Un hormigueo agradable y el terror me petrificaban en menos de un segundo, la misma historia podría repetirse.
Las señales llegaban sin avisar e intentaba cegarme a la fuerza…sin embargo tu torbellino me arrastraba sin remedio y tarde caí en la cuenta de estar atrapada, sin salida y lo peor es que no quería escapar.

Sonrisas inquietas, miradas tímidas, balbuceos buscando una respuesta, ¿todo se dio sin querer? Mañanas que nacían con música y terminaban con ansiedad de amanecer otra vez ¿será que me encontrarías?
Tantas lágrimas y noches perdidas por la misma causa, el pánico de volver atrás me paralizaba pero me refugiaba en la idea de volver a sentir lo que daba por una verdadera utopía, lo que pensé que estaba prohibido para mi, se siente bien, me siento bien.

Echada en mi cama, con destellos de una noche infantil que caían en mi almohada escuchaba por la radio las melodías que me anestesiaban y te traían a mi mente sin titubear, todo afloraba aquellos instantes y las ganas de verte eran veneno efectivo…me consumía con pausas placenteras y sabía que eras mi antídoto, cómo es que matas y revives a la vez y tú sin saberlo.

El tiempo se agota y nuestro enfrentamiento cada día más cerca, y mi paciencia juega conmigo para saber el final del libro, para poder verte, para saber si erré otra vez.

Soledad acompañada



Abandonando aquellos cuartos, viendo como las luces morían sincronizadamente y el largo camino hasta la salida.
Caminé despacio, bajando escalones, quedándome atrás de toda la multitud, quería estar conmigo, me desvié y divisé una banca triste, pensaba en no pensar y caminaba tan solo por instinto, sin sentir que me movía ya me encontraba sentada, sobrecogida por el frío y el espectáculo infinito de destellos y brillantes que, imaginaba, existía solo para mi.

Preguntas superfluas querían invadir la tranquilidad, podía imaginarte hablándome sin ruido, podía crear mi futuro en un segundo…sentía mucho poder y presión a la vez, olvidaba que estaba en un sitio en que no debería estar pero la atmósfera era perfecta, simplemente supuse que ese era el escondite perfecto esa noche.

El tiempo se agotaba, el aliento se me iba y empezaba a sentir otra vez. El remolino de la realidad me absorbía y me traía de vuelta…me quedaba ciega durante el trayecto y no concebía la idea de que debía llegar a algún lugar.
Recorría calles y veía personas que parecían destellos por la velocidad, presentía que en alguna esquina vería a alguien y todo se detendría…una premonición diaria que nunca se cumplía.

Por simple costumbre encontraría aquel punto de llegada y por simple costumbre quizás llegaría al mismo sitio donde puedo conversar a gusto con el silencio.

escombros



Se consume la vela voy esperando la señal para salir de mi prisión, miro fijamente la llama y quiero ver tu rostro reflejado. Te espero desesperadamente…ven, ven que mi regazo quiere cobijarte necesito tu aire, enredarme y perderme en tu perfume, saborear cada beso como si fueran las últimas gotas de mi elixir, fusionarnos con cada abrazo y sentir que somos reales.

El frío invadió las calles trágicas, escucho mi corazón palpitar violento en el silencio sepulcral yendo al ritmo de mis pasos… saber dónde buscar, dónde iluminar, quiero decirte muchas cosas y a la vez enmudecer y decirnos todo con miradas.
Me sonríes y el regocijo llega a cada célula, toma mi mano y andemos sin rumbo quiero conocer el infinito contigo.

El miedo no existe, burlemos lo imposible y pide con el alma lo que quieres encontrar, somos dueños del tiempo.
Necesito fuerza para vencerme, ayúdame. Quiero ser libre, poder cerrar mis ojos y poetizar cada palabra que sale de tu boca, que tu aliento sea la melodía que me guíe hacia ti, que tu piel sea refugio de mis miedos…quiero abandonarme en ti.

Caminando por callejones tristes que ocultan tímidos historias de los que fueron testigos, intento grabar en un muro marcas de alma agonizante…voy perdiéndote una vez más.

Los faroles encendidos mostrando su luz indecisa me dicen que debo volver, otra vez fantaseando y llamándote sin tener respuesta, sigues ausente ¡¡hasta cuando!!
Miro hacia la pequeña mesa…la vela no existe más y con ella tu recuerdo se desvaneció, ahora trataré de dormir y soñar con tu aroma, el universo y yo.

Gravedad opuesta



Sentada en una silla, mirando todo y nada a la vez, intentando sujetar tu mano y llevarte a tocar lo único que veías esa noche…una estrella.
Podíamos levitar y sentir cómo nos burlábamos de las leyes naturales y jugar a la gravedad opuesta…la lectura apagó las palabras y solo nos dejamos llevar, nadie nos podría entender, nadie sabría decir qué pasaba en ese momento, un hilo de energía pura y sobrenatural nos podía conectar estando muy lejos, ¿se siente bien verdad?
Quién diría que el corazón llora, tú y yo sabemos la verdadera razón, ilusos mortales ¡no ven y sienten más allá de las palabras! Y ¿qué son las palabras? Tan solo verdadero estorbo para la esencia, para lo realmente puro, para lo que de verdad te conmueve.
¿Qué esperas allá?, ¿qué quieres ver?, vamos echemos un vistazo cojamos nuestra escalera de deseos para llegar…
Palabras infinitas, que podrían ser inventadas quizás, quién puede explicar realmente lo que sentimos…algo tan inefable que queda en el alma sensible. Siente el aire frío entrar por tu ventana, nuestros cuerpos siguen abajo, pasemos al siguiente nivel, pasemos a lo sublime, ¿preparado?
Cierra tus ojos y deja que tus manos hablen y escriban por ti, llegué a mi diamante plateado, creo que me quedo aquí pero tu viaje no termina aún, sigue ya no me necesitas busca tu fuente de vida que yo ya encontré la mía.
Me voy por otro rumbo, no olvides que al regresar a tu mundo mortal debes creer que esto pasó de verdad, cree que en una noche común viajaste conmigo a la eternidad.



Viendo tras los barrotes de aquella grande ventana, que dejaba al descubierto todas las escenas q uno podía imaginar, tras aquellas lunas que impedían el paso del aroma de las flores del jardín.
Pude ver aquel gran diamante plateado que me hipnotizaba, me atraía con su luz inventada y me invitaba a volar dejando todo aquello que me ataba aquí.
Pudiendo imaginar tantos universos diferentes, tantos paraísos, tantas formas de amar, pudiendo imaginar sobrevivir un día sin tu recuerdo.

Cerrando mis ojos y dejándome llevar por el suave sonido de un saxo, sintiendo un aire frío recorrer mi cuello puedo ver mi alma desprendiéndose y abriéndose paso en medio de la multitud de pequeñas estrellas que estorbaban su ágil caminata.
Cómo pude ser esclava de tantas cosas insensatas, cómo pude inventar tantas sonrisas por tu causa, si sólo me arrancaste lágrimas y rabia.

Las suaves notas acarician mis oídos, estoy anonadada. Quiero ese paraíso, conocer la alegría que puede ser tocada, beber de esa eterna fuente de paz y pretender no haber conocido jamás el purgatorio.
Temiendo antes a la muerte y ahora sintiendo que sólo es el inicio de mi vida, tocándola y hablando con ella es más dulce de lo que parece.

Con temor de caer en un mundo de espinas, siento el poder de escapar entre mis dedos, disfrutando un mar que no te ahoga y calentándome con un sol casero, me apoyo en esta ventana que me dejó ver más allá que estas calles vacías y las luces cálidas y desgastadas de los faroles.

la segunda muerte




25-ene-07

La segunda muerte, la más fatal, nunca imaginé cómo se sentiría y menos aún que me podría ocurrir.
La plenitud de la alegría, el paraíso se materializó ante mis ojos en menos de un segundo y estabas ahí, frente a mí con la mirada vacía y con tu supuesta felicidad de la mano.

Un remolino me absorbía lentamente, apagando la luz, deteniendo mis latidos, matándome con una delicadeza casi placentera, sin pensar, sin llorar, sin sentir.
Recorrías el salón a toda prisa, sin mirar pero todos los ojos puestos en ti, mis ojos…mi corazón.

Sangre transformada en hiel, rabia incontrolable, matanza segura…¿todo eso en mi? Era inconcebible solo quería dormir y despertar en tus brazos otra vez, pero hasta la última hebra de tu cabello era ajena.
Tantas ansias de acabar contigo en un segundo o eliminar a la razón de tu delirio, estaba en el más puro de los infiernos pidiendo clemencia para dormitar en ese lugar eternamente, prefiriendo sofocarme en un calor asesino que en tu ignorancia hacia mi, no sabes qué tortura es morir otra vez.

Pero es justo que vivas tu pequeño paraíso, yo ya viví el mío contigo aunque duró menos de un respiro pero es lo único que te agradeceré, lo único que hiciste por mi en esta vida.

07-ene-07

Fingiendo la calma bajo la tormenta, una inmensa ola me hace naufragar en un océano de pavor y rabia, sin salida y sin refugio, lo único que queda es la valentía y las ganas de seguir viviendo.
Tantas palabras que matan y reconcilian a la vez, un gesto que puede hacer cambiar el color del cielo…encontrarla adecuada puede salvarme.
Estar anestesiada por tanto dolor, sentir que todo es una ilusión, nada más que un espejismo…cegada por la indeferencia…su indeferencia, en vano cualquier súplica, ya no queda nada de mí…pero si ya ni recuerdo que fui alguna vez soy un rezago de tu brutalidad, de tu terquedad.
Veo lágrimas y lamentos, golpes y gemidos...¿éste es mi mundo?, quisiera ver ese haz de luz que pueda darme un regocijo, dando una falsa idea de una salida pero seguiré recogida en el rincón de mi habitación, sola, delirante, desdibujándome…
Ver como el sol y la luna siguen su ciclo, enseñándome el día y la noche sin importarles lo que pase ahí abajo, sin saber cuantas almas deambulan sin suerte, esperando encontrar la tumba que los vio salir.
Una fuerte corriente de ideas y sensaciones que no dejan de volar por mi mente y me impulsan a hacer tantas locuras para aliviar estas ansias…¡piensa!, ¡tranquila!, tan solo es un naufragio en un mar embravecido, ¿pisaré tierra?, ¿sobreviviré?, no lo sé, todo es mental…todo es mental…
Saber qué decirte cuando nos veamos a los ojos, controlar mi temor, mi cobardía, esperando una mirada de atención de arrepentimiento, de sencillez.
Perderme en el tiempo, detener en el aire palabras que ni debieron ser dichas, esos gestos que condenan…¿eliminarme quizá? podría ser una salida, ya lo averiguaré.

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