07-ene-07

Fingiendo la calma bajo la tormenta, una inmensa ola me hace naufragar en un océano de pavor y rabia, sin salida y sin refugio, lo único que queda es la valentía y las ganas de seguir viviendo.
Tantas palabras que matan y reconcilian a la vez, un gesto que puede hacer cambiar el color del cielo…encontrarla adecuada puede salvarme.
Estar anestesiada por tanto dolor, sentir que todo es una ilusión, nada más que un espejismo…cegada por la indeferencia…su indeferencia, en vano cualquier súplica, ya no queda nada de mí…pero si ya ni recuerdo que fui alguna vez soy un rezago de tu brutalidad, de tu terquedad.
Veo lágrimas y lamentos, golpes y gemidos...¿éste es mi mundo?, quisiera ver ese haz de luz que pueda darme un regocijo, dando una falsa idea de una salida pero seguiré recogida en el rincón de mi habitación, sola, delirante, desdibujándome…
Ver como el sol y la luna siguen su ciclo, enseñándome el día y la noche sin importarles lo que pase ahí abajo, sin saber cuantas almas deambulan sin suerte, esperando encontrar la tumba que los vio salir.
Una fuerte corriente de ideas y sensaciones que no dejan de volar por mi mente y me impulsan a hacer tantas locuras para aliviar estas ansias…¡piensa!, ¡tranquila!, tan solo es un naufragio en un mar embravecido, ¿pisaré tierra?, ¿sobreviviré?, no lo sé, todo es mental…todo es mental…
Saber qué decirte cuando nos veamos a los ojos, controlar mi temor, mi cobardía, esperando una mirada de atención de arrepentimiento, de sencillez.
Perderme en el tiempo, detener en el aire palabras que ni debieron ser dichas, esos gestos que condenan…¿eliminarme quizá? podría ser una salida, ya lo averiguaré.

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