Candidez natural


Calles mojadas, música que incitaba y vicios que dejaban inconsciente, metida entre en un gran tumulto no podía diferenciar rostros y escenarios…tan sólo un segundo para vislumbrar algo que me llamara la atención y como seducida por un instinto caminaba sin caer en la cuenta hacia dónde me dirigía, dónde terminaría.

Sinceramente importó poco el destino, me preguntaba qué me atraía y tu rostro fue mi respuesta…durante pocos minutos intenté descifrar cómo llegaste ahí o… ¿era yo la que te seguía?, no interesaba, al fin y al cabo estábamos ahí… ¿era esa la oportunidad que esperé tanto?

Aparentemente lo era, me saludaste con una linda sonrisa y una voz tímida, te correspondí de igual forma, trataba de no caer en tu mirada, era difícil, era cosa de autocontrol, de saber esconderme como siempre lo había hecho… acostumbrada a eso ¿verdad?, tonta descubriste tu realidad cuando menos te lo imaginaste, ¿sigues perdida?... ¡DESPIERTA!, mira… esa no eres tú, no eres parte de él… otra vez la ilusión te reventó en la cara… niña inocente, pero no llores, no… ya no lloro más, nunca más.

¿Por qué insistí?, ¿por qué te buscaba de todas formas?... la noche se volvía alba y seguíamos sin encajar, vete niña, ¡corre!… huir es mi costumbre… mejor dicho lo era, renací aquella madrugada de lluvia y alcohol, supe de inmediato las cosas que ya no valían la pena… y tú estabas entre ellas, ya salió el sol, soy feliz ahora.

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